Recientemente he decidido que quiero pasar el año tratando de comprar (casi) nada aparte de lo que debo comprar como comida, medicamentos y cosas que realmente necesito. El último grupo de cosas consiste en artículos de cuidado personal, nuevos zapatos y prestaciones del servicio como arreglos de mi coche o mi silla de ruedas etc.
¿Por qué lo hago? Es que durante el otoño (les? ist optional) eché un vistazo a mis armarios y encontré mucho…o tal vez demasiado: libros (los? optional*) que nunca he leído, discos (los? optional*) que nunca he oído, ropa (la? optional*) que nunca he llevado. La verdad es que ya tengo más que necesito y la existencia de todas estas cosas que hay en mis armarios sin estar usadas me da un sentimiento raro, como un reproche suave: „Me has comprado, me has deseado, ¿por qué no me usas ahora?“. Creo que vivimos en tiempos en (los?) que es demasiado fácil apagar (?) cada deseo en el mismo momento en lo él (weil Subjekt) que ocurra, gracias al internet. Es fácil pedir algo sin salir de la (mit dem Artikel erweckt es den Anschein, als spräche ich von einem bestimmten Haus) casa. Estamos rodeados de la publicidad: en la televisión, en la radio, incluso en lugares que no tenían anuncios publicitarios antes como los recibos en el supermercado o en los aseos de un bar. La publicidad provocar deseos que normalmente no tendríamos y como es muy fácil de satisfacer nuestros deseos, no dejamos de hacerlo, aunque el sentimiento positivo después de una compra no persiste durante mucho tiempo. En mi opinión hoy en día mucha gente trata de llenar el vacío que de vez en cuando existe en nosotros con el consumo de estropajo.
(* wenn man hier die Relativpronomen verwendet, erweckt das den Anschein, daß sich alle Bücher, die ich noch nie gelesen habe, in diesem Schrank befinden. Wenn ich sagen will, daß sich in dem Schrank AUCH Bücher befinden, die ich noch nicht gelesen habe, daß es aber auch noch andere Orte gibt, wo ich solche Bücher habe, dann sollte man das Relativpronomen weglassen)
Y yo ya no quiero llenar el vacío con trastos. Creo que tener este vacío en su corazón y alma es una experiencia esencial para cada persona, pero creo también que no hemos aprendido como se puede manejar estos sentimientos de una manera responsable y constructiva. Estoy convencido que hoy en día nos falta la posibilidad de compartir experiencias humanas como enfermedades o fallecimientos con otras personas y que nos falta también la habilidad de clasificar estas experiencias en el contexto de nuestra vida. Pues, eso suena bastante engolado en el contexto de un artículo sobre mi decisión de no comprar más que lo que necesito, pero para mí existe este nexo.
Además no gastar tanto este año me va a ayudar con mi deseo de viajar a Noruega. Como este país es muy caro, puedo usar el dinero para pagar los hoteles y la comida cuando esté allí. Creo que gastar dinero para hacer una experiencia verdadera es otra cosa que tratar de llenar el „agujero“ que de vez en cuando sentimos en nosotros. Y finalmente pienso que no gastar tanto dinero va a ahorrar mucha basura también.